El pasado 30 de mayo, en la I
Gala del Grupo76 Al-Kasar, le preguntaban a la mejor jugadora
cadete de Castilla La Mancha ,
Marta López, que significaba para ella el club. Su respuesta fue: “como dice
Chechas, el Grupo es todo”. Es de agradecer que Marta se acordara de mí. Pero
me gustaría matizar algo, o cambiar una cosa. El Grupo también, pero el todo
sois vosotras. Las jugadoras que cada año me permiten aprender más y disfrutar
como el primer día de esto que tanta pasión despierta en mi y que es el
baloncesto, y el Grupo76 Al-Kasar.
Estos dos últimos años me han servido para aprender mucho y
para disfrutar. Para gozar entrenando a unas magníficas jugadoras pero sobre
todo, a unas excelentes personas. Porque me habéis demostrado lo grande que es
el deporte dentro y fuera de la pista. Como lo hizo la anterior generación que
entrené con Paco Romero: las del 93, 94 y 95.
Las últimas, junto a las del 96 fueron con las que empecé.
Cuando todavía era un adolescente y ellas vestían coletas. En esa magnífica
Escuela de Baloncesto recuperada por el Grupo76 Al-Kasar. Las dos Albas,
Conchi, Nuria, Ana, Sara, Paula, las primas, las otras primas y un trío con el
que he vuelto a coincidir esta temporada: Bea, Mónica y Geral. Vaya
tres…inseparables, ingobernables pero inmejorables. Tan buenas como Irene, a la
que ya disfruté como cadete y Sara, con su “tirito mi...”. Ellas se hacen
“mayores” y siguen otras.
Con las que volví el año pasado a entrenar en Alcázar. Con
las que tanto he aprendido estos dos años. Las que tanto me han ayudado y con
las que tanto he pasado. Pilar, mi apoyo dentro de la pista; Lucía, la que se
merece todo lo bueno; Alicia, su calidad inigualable y sus bandejas desde
abajo; Eva, que ha aguantado este año con tesón y ahínco; y las que ya no
están. Las que dejaron de jugar pero siguen en el recuerdo.
Y llego a las cadetes. Las de segundo año. Las que llevan
juntas desde pequeñas, cuando en los campus me sacaban de quicio y las que
ahora me hacen llorar de alegría cuando recuerdo estos dos años que acaban
ahora. Porque han sido todo, han dado lo mejor de sí y nunca me han fallado.
Han crecido, espero que hayan mejorado, pero en cualquier caso me han ganado.
Cada caída de Ana luchando por robar un balón, cada reverso de Clara demostrando
sus cualidades, cada buena acción de Sara en la pintura, cada bote fuerte de
Marta Ramos, cada penetración por la izquierda de Sonia y cada momento de magia
de Marta López. Cualquier situación a su lado me han hecho mejor persona y esto
me da igual, pero seguro que mejor entrenador. También he visto mejorar a
Elena, que acabó siendo imprescindible. O a Almudena, que he visto crecer desde
pequeña. Y las que han subido este año como Marta Gil, dueña suprema de ‘la
chapa’, Andrea, con sus lágrimas en la final y Noelia, que también ha ayudado a
que todos mejoremos.
No me puedo olvidar de mis compañeros de banquillo. De
Mireia, que sobre todo me ha soportado. Seguro que no es fácil. Javi Úbeda, que
me ha permitido volver a aprender de él y disfrutar de un equipo al que le
tengo un cariño especial. Y a Vicky, por acompañarnos en lo mejor de la
temporada. Y por último a los padres, que depositan su confianza en nosotros.
Que nos siguen, nos respetan y nos ayudan.
Hoy acaba una etapa de dos años. Quizá de más tiempo. Hoy
toca dar las gracias y decir que vosotras, las jugadoras que he podido entrenar
y disfrutar, sois todo. Como el Grupo.